Pero no todo fue eso, intente coger la calabaza de un campo, sin permiso y cuando estaba casi cogiéndola me pillo el dueño del campo, así que me tuve que inventar unas cuantas escusas y mentirijillas, así pues salí airosa de la situación. Pero al final lo convencí de que quería utilizar una de sus calabazas en un acto publico y que podría verla también el, así se quedo totalmente convencido de mis buenas intenciones.
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